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Celia Cruz, Celia Cruz

Tracks:

Óyela!, Gózala!
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Cualquiera La Baila, Rumba Cubana
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Sandunguéate, Guaracha Rítmica
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Ritmo De Mi Cuba
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Luna Sobre Matanzas
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Tuya, Más Que Tuya
Celia Cruz, La Sonora Matancera
La Merenguita, Guaracha
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Contestación De "El Marinero"
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Los Ritmos Cambian, Cha Cha Cha
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Goza Negra, Guaracha
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Yerbero Moderno, Pregón Cha Cha Cha
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Palmeras Tropicales, A Cuba
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Rock And Roll, Rumba
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Saoco, Guaracha
Celia Cruz, La Sonora Matancera
De Cuba A México
Celia Cruz, La Sonora Matancera
La Isla Del Encanto "Puerto Rico"
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Mucñecas Del Cha-Cha-Cha
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Mi Soncito (Son De Los Viejitos)
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Y Mi Negro Está Cansao
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Mi Amor, Buenas Noches
Celia Cruz, La Sonora Matancera
La Rumba Es Mejor
Celia Cruz, La Sonora Matancera
No Encuentro Palabras, Cha-Cha-Cha
Celia Cruz, La Sonora Matancera
Plegaria A Laroye
Celia Cruz, La Sonora Matancera

Celia Cruz (La Habana, 1924 – Fort Lee, Estados Unidos, 2003) Celia Caridad Cruz Alfonso nació en el barrio de Santos Suárez de La Habana el 21 de octubre de 1924, si bien algunas fuentes señalan su nacimiento cuatro años antes, y otras en 1925, datos todos ellos de difícil comprobación dada la persistente negativa de la estrella a confesar su edad.

Segunda hija de un fogonero de los ferrocarriles, Simón Cruz, y del ama de casa Catalina Alfonso, Celia Cruzcompartió su infancia con sus tres hermanos -Dolores, Gladys y Barbarito- y once primos, y sus quehaceres incluían arrullar con canciones de cuna a los más pequeños; así empezó a cantar. Su madre, que tenía una voz espléndida, supo reconocer en ella la herencia de ese don cuando, con once o doce años, la niña cantó para un turista que, encantado con la interpretación, le compró un par de zapatos.

Con otras canciones y nuevos forasteros Celia Cruz  calzó a todos los niños de la casa. Después se dedicó a observar los bailes y a las orquestas a través de las ventanas de los cafés cantantes, y no veía la hora de saltar al interior. Sin embargo, sólo su madre aprobaba esa afición: su padre quería que fuese maestra, y no sin pesar intentó satisfacerle y estudiar magisterio, pero pudo más el corazón cuando estaba a punto de terminar la carrera y la abandonó para ingresar en el Conservatorio Nacional de Música.

Mientras tanto, Celia Cruz cantaba y bailaba en las corralas habaneras y participaba en programas radiofónicos para aficionados, como La Hora del Té o La Corte Suprema del Aire, en los que obtenía primeros premios tales como un pastel o una cadena de plata, hasta que por su interpretación del tango Nostalgias recibió en pago 15 dólares en Radio García Cerrá.

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