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12 de enero de 1924. Los orígenes de LA SONORA MATANCERA

12 de enero de 1924. Los orígenes de LA SONORA MATANCERA

La Sonora Matancera

 

El sábado 12 de enero de 1924, LA TUNA LIBERAL, que fue su primigenio nombre, se organizó en la casa de Valentín Cané (ejecutante del tres), localizada en el simpático barrio Ojo de Agua, en la cultural y musical ciudad de Matanzas, provincia de Matanzas, en la isla de Cuba. El otro músico fundador fue Pablo Vásquez Govín, Bubú (bajo). Los demás invitados a tan trascendental reunión fueron: Manuel Sánchez Jimagua (timbales), Ismael Goberna (cornetín), Domingo Medina (guitarra), Julio Govín, (guitarra), José Manuel Valera (guitarra) y Juan Bautista Llopis (guitarra). En un ámbito provincial, el grupo animaba fiestas familiares, guateques (jolgorios campesinos), serenatas y reuniones políticas del partido que inspiró su nombre.
En 1926 ingresan Carlos Manuel Díaz, Caíto, y Rogelio Martínez Díaz, El Gallego, dos personas que en el futuro dejarían huella indeleble en la reputación internacional que adquiriría el elenco. Por la voz asopranada de Caíto y porque sus integrantes ya eran seis por el retiro de otros instrumentistas, adoptan el nombre de Sexteto Soprano. El 12 de Enero de 1927, a los tres años exactos de su fundación, ya con el  nombre de Estudiantina  Sonora  Matancera, se trasladan a probar suerte en el competido ambiente musical de La Habana.
En los entarimados se codean con el Septeto Habanero, Septeto Boloña, Septeto Nacional, Trío Matamoros, Septeto Matancero y Septeto Pinareño. En noviembre de ese año y en los estudios itinerantes del sello Victor, llevan al acetato sus dos primeras grabaciones: Fuera, fuera chino, de José Manuel Valera y El porqué de tus ojos, de Valentín Cané.
La década del treinta es la época de la expansión de la radio. Es el tiempo propicio para el son, el danzón, el danzonete, la rumba, la conga y la guaracha. Los artistas yumurinos (apelativo dado a los naturales de Matanzas) deciden cambiar su nombre a SONORA MATANCERA y comienzan presentaciones en vivo en la emisora El Progreso Cubano, más tarde llamada Radio Progreso. De 1932 a 1948, salen e ingresan varios músicos, que van definiendo el ritmo inconfundible y profusamente imitado de este colectivo musical.

 

 

En 1935, Calixto Leicea músico y compositor, con su trompeta sustituye a Ismael Goberna. Humberto Cané el hijo mayor del fundador Valentín, también ingresa al grupo para interpretar el tres, mientras su padre pasa a tocar la tumbadora. En enero de 1944 para imitar el formato musical de CONJUNTO, establecido dos años antes por Arsenio Rodríguez, ingresan Lino Frías pianista y Pedro Knight trompetista. Se apropian del nombre definitivo: CONJUNTO SONORA MATANCERA.
El 15 de diciembre de 1945 hace presencia el talentoso cantante Bienvenido Granda, El Bigote que Canta. A finales del año y para el sello Panart, fundado recientemente en la isla, plasman su voz en el microsurco Humberto Cané, Caíto e Israel del Pino. El fundador de la agrupación, Valentín Cané, comienza a presentar síntomas de enfermedad respiratoria y en su relevo y para tocar la tumbadora, en 1948 entra al grupo Ángel Alfonso Furias, Yiyo. La tropa matancera está lista para aventurarse a conquistar el gusto musical de Mestizo América:
Rogelio Martínez Díaz, director, corista y guitarrista.
Pablo Vásquez Govín, Bubú, en el bajo.
José Rosario Chávez, Manteca, con los timbales.
Ángel Alfonso Furias, Yiyo, en la tumbadora.
Calixto Leicea Castillo, primera trompeta.
Pedro Night Caraballo, segunda trompeta.
Lino Frías Gómez, pianista.
Carlos Manuel Díaz Alonso, Caíto, con las maracas, cantante y corista.
Bienvenido Granda, con la clave y cantante de planta.
El acoplamiento de todos los instrumentos con las voces que convergen en el ritmo inconfundible y arrollador de la Sonora Matancera, se debió a la tesonera labor del arreglista Severino Ramos, Refresquito. El apoyo y la decidida colaboración de la emisora Radio Progreso fueron definitivos para la internacionalización del conjunto. La onda corta de la emisora tronaba como un cañón por toda la cuenca del Caribe.
ÉPOCA DE ORO
Es la comprendida entre 1950 y 1959. Es también época de oro para la farándula cubana. Es tiempo de esplendor y fantasía. En octubre de 1950 se inaugura en Cuba uno de los más ingeniosos inventos del siglo, la televisión. La pantalla chica se engalana con un séquito de artistas de todos los géneros. Con La Sonora Matancera graban rutilantes estrellas del campo farandulero nacional e internacional en connotados sellos disqueros: Panart, Cafamo, Ansonia, Stinson, RCA Victor y Seeco. El contrato de exclusividad que Rogelio Martínez, firmó en 1950 con la empresa norteamericana Seeco, se constituyó también en un factor determinante en el renombre internacional de los matanceros, porque esta compañía tenía distribución en casi todos los países americanos. Esta relación duró 15 años, pletóricos de triunfos y ganancias suculentas.
El elenco de los cantantes que grabaron en la época de oro con la Sonora Matancera detallémoslo así:
Bienvenido Granda desde 1945 hasta 1954 (cubano); Miguel de Gonzalo en 1947 (cubano); Alfredito Valdés en 1947, (cubano); Daniel Santos de 1948 a 1953 (puertorriqueño); Myrta Silva en 1949 (puertorriqueña); Celia Cruz de 1950 a 1965 (cubana); Manuel Puntillita Licea en 1951 (cubano); Leo Marini en 1951, 1952, 1955, 1958 y 1972 (argentino); Miguelito Valdés en 1951 y 1977 (cubano); Gloria Díaz en 1952 (cubana), Raúl del Castillo en 1952 (cubano), Las Hermanas Lago 1952 (cubanas), Martha Jean Claude en 1952 (haitiana) y Bobby Capó (puertorriqueño) en 1952; Nelson Pinedo desde 1953 hasta 1958 (colombiano); Vicentico Valdés en 1953 y 1958 (cubano); Rodolfo Hoyos en 1954 (cubano), Olga Chorens (cubana) y Tony Álvarez (cubano) en 1954: Estanislao Laíto Sureda (cubano) y Alberto Beltrán (dominicano) en 1954 y 1955; Celio González de 1955 a 1964 (cubano); Carlos Argentino Torres de 1955 a 1959 y luego en 1971 (argentino); Carmen Delia Dipiní en 1955 (puertorriqueña); Johnny López (puertorriqueño) y Chito Galindo (uruguayo) en 1957; Víctor Piñero (venezolano) y Rey Caney (cubano) en 1958. Grabaron todos los ritmos conocidos, desde la guaracha hasta la pachanga, pasando por el mambo y el chachachá.

 

 

ÉPOCA EN EL EXTRANJERO
Ante el cambio sociopolítico ocurrido en La Perla de las Antillas en enero de1959, la Sonora Matancera sale el 15 de julio de 1960 a cumplir un contrato en la ciudad de México, pretexto muy socorrido por muchos artistas que deseaban explorar otros horizontes, en vista de la situación confusa para desarrollar su trabajo que se palpitaba en la isla. En la tierra azteca estuvieron hasta 1962, cuando de común acuerdo se trasladan a vivir a la Capital del Mundo, siempre bajo la férrea batuta de Rogelio Martínez.
La década del sesenta fue testigo de la segunda oleada de excelentes intérpretes. Aparecen nuevos cantantes: Willy El Baby Rodríguez de 1960 a 1965 (cubano); Alberto Pérez Sierra en 1960 (cubano); Emilio El Jarocho Domínguez en 1961 (mexicano); Justo El Mulato Betancourt de 1965 a 1970 (cubano); Elliot Romero en 1966 (puertorriqueño); Linda Leida (cubana) y Máximo Barrientos (puertorriqueño) en 1967; Gladys Julio (colombiana), Tony Díaz (cubano) y Kary Infante (cubana) en 1968.
La Sonora Matancera continuó deleitando a todos los pueblos después de 1970  con el respaldo de nuevas voces: Yayo El Indio desde 1971 hasta 1994 (puertorriqueño); Welfo Gutiérrez de 1973 a 1976 (cubano); Toña la Negra en 1974 (mexicana); Jorge Maldonado de 1976 a 1981 (puertorriqueño); Ismael Miranda en 1984 (puertorriqueño). Su trasegar discurre por otras casas disqueras: MRVA, Orfeón, Fania, Bárbaro, WEA.
Las giras a España, Francia, Italia, Alemania, Austria, Suecia, Finlandia, Noruega y Japón, se suceden con frecuencia. Su fama no tiene fronteras. Cuando con Celia Cruz en 1986, se presentan en los carnavales de la isla española de Tenerife, los aplauden 240.000 personas y establecen una marca difícil de igualar para cualquier conjunto de habla española en la música popular.

 

 

APOTEOSIS A LOS 65 AÑOS
En junio de 1989, celebran con bombos y platillos su aniversario número 65 con actuaciones en el Carnegie Hall y Central Park de la ciudad de Nueva York. Majestuoso espectáculo organizado por la influyente y no menos hermosa locutora boricua, Gilda Mirós. A la cita acuden 15 de los cantantes que en el pasado tronaron en los acetatos. Es también la despedida oficial de esta tierra para varios de los artistas. Pero el grupo de la Sonora Matancera parece inmune al paso del tiempo. En marzo de 1993 realizan las  grabaciones postreras del pasado siglo con la voz de Yayo El Indio, incluidas en el disco compacto denominado De nuevo México.
El transcurrir del tiempo es inexorable y van muriendo muchas estrellas que van conformando el Coro  Matancero  Celestial. Don Rogelio Martínez Díaz, su director falleció el 13 de mayo del 2001. Su máxima estrella femenina, La Guarachera de Cuba, la sempiterna Celia Cruz, caminó el sendero celestial el 16 de julio de 2003. Celio González la siguió el 17 de octubre de 2004.
El último de los cantantes en partir para la eternidad fue Welfo Gutiérrez en la ciudad de México el 31 de mayo de 2005. La Sonora Matancera actual con una nómina remozada, es batuteada por el pianista, arreglista y compositor cubano Javier Vásquez, hijo del legendario fundador Pablo Vásquez, Bubú. Tiene la anuencia, claro está, de Rogelio Martínez Jr., heredero universal del nombre de la agrupación. Desde Las Vegas, E. U. vuela a donde soliciten sus servicios. Con señalado éxito ha complacido a la matanceromanía de Bonaire, México y varias ciudades de Estados Unidos. En el año de 2009 grabaron su último trabajo titulado Hay Sonora pa Rato, con la nueva y fresca voz del boricua Darío Rosado. Nosotros con nuestros descendientes, proseguiremos cultivando la música inmarcesible de la Sonora Matancera, certificando la inmortalidad de este portentoso grupo, arquetipo y paradigma de la música popular.

http://sonoramatancera.com/

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Date: 12 January 2017