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Claudio Ferrer nació en Comerío, Puerto Rico, el 9 de septiembre de 1904

Claudio Ferrer nació en Comerío, Puerto Rico, el 9 de septiembre de 1904

Claudio Ferrer

Claudio Ferrer no sólo se le recuerda como uno de los compositores puertorriqueños más prolíficos y exitosos – su obra abarca sobre 600 piezas de los más variados géneros –, sino también como una de las mejores segundas voces en la historia del cancionero popular antillano. De hecho, la mayoría de los conocedores lo clasifican entre los primeros tres boricuas dentro de tal especialidad, junto al ponceño Chago Alvarado y el santurcino Tito Henríquez.

Por otro lado, ejerciendo esta última faceta en dúos, tríos y cuartetos, así como frente a sus diversas formaciones (cuarteto, conjunto y sonora), se estima que Claudio Ferrer participó en no menos de 600 producciones discográficas acompañando a la mayoría de los artistas afincados en Nueva York, plaza donde desarrolló el grueso de su brillante carrera. Además, claro está, igualmente aportó su propia discografía, que es vasta y valiosa.

Este músico excepcional, de formación autodidáctica, era hijo de Ramón Ferrer y Antolina Cotto. A la edad de seis años fue a vivir con su familia a Bayamón, municipio donde transcurrió su temprana juventud y radicaba cada vez que, ya adulto, regresaba de sus prolongadas estadías en la Gran Urbe. Comenzó cantando décimas siendo niño y, a la edad de 13 años, se unió a un conjunto típico de su vecindad. Ya a un nivel más formal y, como güirero, se vinculó al Conjunto Boricua del cuatrista Ladislao «Ladí» Martínez en 1926. En 1928, junto a éste, integró el Grupo Aurora – hasta entonces trío –, mismo que completaron Ernestico Mantilla (primera voz); Eladio «Yayo» García (segunda voz); Moncho Dávila (primera guitarra); Don Felo (guitarrista acompañante) y Rafael Boneta (mandolinista). Poco después sustituyó a García como segunda voz, cediendo su posición en el güiro a Patricio «Toribio» Rijos. Fue con este colectivo que grabó por primera vez, hecho que aconteció en septiembre de 1932 para la etiqueta Brunswick.

En 1934, Claudio Ferrer fue reclutado por Johnny Rodríguez para conformar el Trío Borincano, cuyo principal guitarrista sería Pedro «Pellín» Boria Fuentes. Sólo permaneció un año en dicho grupo, pues se trasladó a Nueva York en 1935. Allá fue reclamado por Pedro «Piquito» Marcano (primera voz y maraquero) para crear el Trío Marcano junto al guitarrista Pepito Arvelo. Al año siguiente (1936), al incorporarse el trompetista Víctor «Vitín» Mercado, aquella trilogía se convirtió en el que sería legendario Cuarteto Marcano. Durante su etapa en esta formación Claudio Ferrer tuvo oportunidad de participar en numerosas grabaciones, las cuales fueron editadas por las etiquetas Decca y Columbia. En muchas de ellas, acompañando a destacados solistas. El cubano Bienvenido Granda, entre ellos. Ya para entonces se había estrenado como compositor.

A su firma se acreditan muchas de las selecciones más representativas del grupo… aunque, paradójicamente, la mayoría estampadas en el acetato después de que él abandonara sus filas. Entre ellas, los boleros “Ayúdame” (1940); “Mis dos amores” (1941); “Bendita seas”, “Cielo antillano” y “De castigo” (1942); “Linda palomita” (1944); “Aunque me llores” (1946) y “Yo soy la ley” (1947); las guarachas “A Cuba criolla” y “Dinero y mujer” (1940); “Linda campesina” (1943); “De todo un poco” y “Yo soy antillano” (1944), etc. También, el vals “Cumpleaños” (1940); “El aguinaldo de las flores” y “Parranda navideña”, que datan de principios de la década de 1940.

Mención muy particular merece la guajira “El eco y el carretero”, cuya letra escribió el cubano Paul Márquez (1906-1963). La versión original fue vocalizada por Bobby Capó, acompañado por ellos (Columbia, oct. 18, 1940). Luego se realizó otra en la que Marcano le impartió un sabor más puertorriqueñista. A través de los años, esta pieza acumularía muchísimas versiones discográficas, sobresaliendo entre ellas las aportadas por Julito Rodríguez y su Trío Los Primos (Ansonia, 1959); Celia Cruz (Tico 1967); Tony Croatto (Velvet, 1971); Trío Los Ruiseñores Boricuas (Taylor, 1987); Trío Encanto (Scala, 1992), etc. Resulta obligatorio resaltar el dato de que, a la par con la actividad que desarrollaban integrando el Cuarteto, tanto nuestro biografiado como sus tres compañeros también participaban en las grabaciones de los distintos conjuntos – sobre todo, el Cuarteto y el Sexteto – que Pedro Flores realizaba para la Brunswick.

En 1940, Claudio Ferrer salió del Cuarteto Marcano y retornó a Puerto Rico para incorporarse al Cuarteto Mayarí, de Plácido Acevedo. En esta agrupación permanecería hasta 1948, coincidiendo con dos primeras voces sensacionales: Félix «Corozo» Rodríguez y José Juan «Chiquitín» García. Éstos se alternaron hasta 1945, cuando el primero se separó definitivamente del grupo. Culminado este significativo ciclo de su carrera, ya que el Mayarí se desintegró, marchó nuevamente a la metrópoli neoyorquina. Organizó entonces el conjunto que llevaba su nombre, frente al que recorrería todos los salones de baile y teatros hispanos de esta plaza, así como los de ciudades aledañas.

Hacia 1956 Claudio Ferrer creó la Sonora Boricua, agregándole dos trompetas y percusión cubana a la misma agrupación. Trabajó con ambas formaciones de manera simultánea. Ello le permitió adaptarse con mayor facilidad a los requerimientos de los tantos artistas a quienes solía acompañar en teatros, centros nocturnos y, sobre todo, en sesiones de grabación: Daniel Santos, Davilita, Tony Pizarro, Blas Hernández, Julita Ross, Polito Galíndez, José Antonio Salamán, Luis Lebrón, Adolfo Avellanet, Baltasar Carrero, Ismael Santiago, etc. Todos ellos grabaron obras suyas

Fundación Nacional para la Cultura Popular


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Date: 09 September 2022